Córdoba, 14 de julio de 2023
Los trabajadores y las trabajadoras metalúrgicos y metalúrgicas, a partir de diciembre de 2015, venimos atravesando un proceso de pérdida del poder adquisitivo del salario constante y sostenido.
Durante el período 2015-2019 sufrimos las consecuencias de las políticas anti industria impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri, caracterizadas por la pérdida de más de 50.000 puestos de trabajo en nuestro sector y la caída de casi 20% del salario real.
Esa fue una etapa donde vastos sectores del empresariado industrial, también, padecieron el desprecio por la Argentina productiva y fuimos testigos del cierre de miles de fábricas.
En diciembre de 2019 nos ilusionamos con poner fin a este ciclo dramático a partir del cambio de gobierno.
La esperanza de lograrlo rápidamente duró lo que dura un verano: en marzo de 2020 comienza la pandemia COVID -19 y nos encuentra a trabajadores y empresarios salvaguardando los puestos de trabajo y los salarios a costa de la ayuda del Estado.
Sin embargo, superada la instancia de pleno aislamiento social, se promovió uno de los procesos de reactivación productiva más acelerados de la historia, alcanzando velozmente los niveles pre pandemia e incluso superando los índices pre macrismo, en la mayoría de los sectores de la actividad metalúrgica.
Gracias al impulso por parte del Estado Nacional y los Estados Provinciales de todo tipo de herramientas, como políticas públicas específicas, incentivos fiscales, administración del comercio exterior, regímenes de promoción sectoriales, financiamiento a tasas competitivas y un largo etc., se hizo posible la recuperación industrial, garantizando la competitividad y rentabilidad de las empresas.
Sumado a las ventajas comparativas que ofrece el tipo de cambio y el bajo costo de la energía, las empresas tienen abultadas ganancias hoy en la Argentina.
Algunas, resaltando el caso de Siderar, Tenaris, Acindar y Aluar o el grupo de casi 300 empresas que conforman el primer anillo de proveedoras del sector automotriz o las de diversos sectores con capacidad de exportación, como maquinaria agrícola, energía y equipamiento médico, han acumulado rentas extraordinarias durante este período.
La recuperación de los puestos de trabajo que el gobierno anterior había destruido, la gran demanda de trabajo en horas extras en las fábricas y el crecimiento de los indicadores de producción y utilización de la capacidad instalada que alcanzó el 68.9% en el primer cuatrimestre de 2023, el mejor de los últimos 7 años, dan cuenta del alza en los niveles de producción que atraviesa la industria metalúrgica.
En este contexto, y en el marco de un proceso inflacionario que nos obliga a la negociación paritaria permanente, a fines del mes de junio iniciamos los diálogos para el acuerdo salarial del trimestre julio- septiembre.
Luego de cinco encuentros, el último desarrollado el día de ayer ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, prevalece la avaricia, la insensibilidad y el egoísmo del sector empresarial.
En un claro desprecio a los principios del diálogo social, el empresariado se negó en las primeras cuatro oportunidades a presentar propuesta salarial alguna, y durante la quinta jornada propuso una opción de incremento salarial escaso, insensato e inoportuno, sin posibilidad de recuperación frente a la inflación e ignorando toda voluntad de recomposición del poder adquisitivo.
Una parte del sector empresario - plantado sobre la depresión real del salario producida durante los sucesos extraordinarios ´macrismo-pandemia´ antes descritos - pretende perpetuar un proceso de acumulación donde la realidad social, política y económica nacional se desacople del destino de sus empresas y los bajos salarios constituyan el secreto a voces del aumento de sus riquezas.
Por primera vez, en los 80 años de historia de la Unión Obrera Metalúrgica, el trabajador percibe un salario por debajo de la canasta básica alimentaria y apenas encima del salario mínimo, vital y móvil, luego de aportar 189 horas mensuales de fuerza de trabajo a la producción industrial.
Habiéndose agotado la paciencia de quienes nos sobran días para llegar a fin de mes, de quienes trabajamos más y ganamos menos, vamos a luchar por la recuperación del salario y el valor de nuestro trabajo como la base de la dignidad del ser humano.
Por ello,
EL CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL DE LA UNIÓN OBRERA METALÚRGICA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
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